Situada en la costa atlántica, Rabat es una ciudad llena de contrastes, que conserva su autenticidad a la vez que abraza la innovación. Mucho más que una capital administrativa, la ciudad cuenta con un rico patrimonio de medinas conservadas, restos imperiales y barrios modernos. Con la Kasbah des Oudayas, la majestuosa Tour Hassan, el yacimiento arqueológico de Chellah, numerosos museos de arte y acogedoras playas, ¡no tendrá tiempo de aburrirse!
En este artículo, compartimos con usted 10 razones para visitar Rabat, esta fascinante ciudad.

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¿Merece la pena visitar Rabat?
Sí, ¡por supuesto! Aunque Rabat se percibe a menudo como una capital administrativa, le sorprenderá por su doble cara, que combina tradición y modernidad, dinamismo y serenidad. Capital urbanizada y dotada de infraestructuras modernas, ¡ha conservado un patrimonio excepcional! Vibrante y animada, su ambiente sigue siendo tranquilo gracias, en particular, a su proximidad con el océano Atlántico.
Una estancia en Rabat también es una buena idea si desea viajar a Marruecos, ya que la ciudad está estratégicamente situada entre Casablanca, Meknes y Fez.
A continuación enumeramos las razones con más detalle, pero también puede consultar nuestra selección de las mejores atracciones de la ciudad (artículo de próxima publicación).

Razón 1 – Por la Kasbah des Oudayas
Encaramada en lo alto de la desembocadura del Bouregreg, la Kasbah des Oudayas es el corazón histórico de Rabat. Fundada por los almorávides y fortificada por los almohades en el siglo XII, sirvió de bastión defensivo antes de acoger a los exiliados andalusíes en el siglo XVII.
Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, le encantarán sus pintorescas callejuelas de casas blancas y azules y sus murallas que ofrecen una vista inmejorable del Atlántico. También alberga un jardín de inspiración hispano-morisca y el café morisco, un lugar emblemático para disfrutar de un té con menta y pastas.

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Razón 2 – Por su arquitectura real
Como capital de Marruecos, Rabat alberga varios monumentos emblemáticos que atestiguan su condición real. Entre ellos destaca la Torre Hassan, erigida en 1196 por el sultán Yacoub Al Mansour como minarete de una colosal mezquita. Destinada a convertirse en la mayor del mundo musulmán, lamentablemente quedó inacabada. A pocos pasos, el Mausoleo Mohammed V, que alberga las tumbas de los reyes Mohammed V, Hassan II y el príncipe Moulay Abdallah, invita a la contemplación con su inmaculado revestimiento de mármol blanco.

El Real ElPalacio Real, sede oficial de la monarquía marroquí, impone su presencia en el paisaje urbano. Descubra la elegancia de su arquitectura árabe-andalusí, el Méchouar, una vasta explanada ceremonial, y los exuberantes jardines que lo rodean.

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Razón 3 – Por su milenario patrimonio cultural
La inclusión de Rabat en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO atestigua su importancia histórica y cultural. La ciudad, antigua capital imperial, está llena de vestigios que hablan de su prestigioso pasado. Entre ellos, las puertas monumentales, conocidas como «bab», marcan la entrada a las murallas y son un recuerdo de la época en que Rabat era una ciudad fortificada.
El Museo de Historia y CivilizaciónEl Museo de Historia y Civilización expone colecciones excepcionales que recorren las diferentes épocas de Marruecos, desde la prehistoria hasta las diversas dinastías reales que se han sucedido. Por último, Le Chellah, un fascinante yacimiento arqueológico que fue colonia romana y más tarde necrópolis meriní, bien merece una visita por sus vestigios antiguos mezclados con un exuberante entorno natural.

Razón 4 – Por sus museos de arte
Si es un amante del arte, ¡no le decepcionará lo que le ofrece Rabat, la capital cultural!
Si tuviera que visitar sólo uno, opte por el Museo Mohammed VI de Arte Moderno y Contemporáneo, institución emblemática de Marruecos, que alberga más de 500 pinturas y esculturas.
Con sus exposiciones temporales, ofrece una mirada constantemente renovada al panorama artístico nacional e internacional.
Los aficionados al arte contemporáneo apreciarán el Museo de la Fotografía, o la Villa des Arts y la Galería de Arte Nouiga para descubrir artistas locales y emergentes.

Para los aficionados a la historia, el Museo del Banco Al-Maghrib traza el desarrollo del sistema monetario del país, mientras que el Museo de Historia y Civilización explora la historia de Rabat desde la prehistoria, a través de una rica colección de reliquias.
En cuanto a la artesanía, el Museo de la Parure expone deslumbrantes joyas y trajes tradicionales que atestiguan el saber hacer ancestral de Marruecos.
Por último, no olvide el Théâtre Mohammed V, una auténtica institución donde se suceden conciertos y espectáculos en un marco arquitectónico majestuoso.

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Razón 5 – Por su patrimonio ecléctico
Rabat es una ciudad con muchas caras, donde la tradición y la modernidad coexisten armoniosamente. Su patrimonio arquitectónico refleja esta diversidad, ofreciendo un auténtico viaje a través de las épocas y las influencias culturales. En el corazón de la ciudad, la medina es un lugar encantador y auténtico. Con sus animadas callejuelas, sus puestos de artesanía y su atmósfera intacta, es testigo del Rabat de antaño. Cerca, el Mellah, el antiguo barrio judío, cuenta otra faceta de la historia de la ciudad, mientras que la catedral de Saint-Pierre y los edificios Art Déco de la ciudad nueva recuerdan la historia colonial de Rabat.
El patrimonio religioso islámico también está presente, con la mezquita Assouna, de arquitectura imponente y elegante, y la Gran Mezquita de la medina.

Pero Rabat es también una ciudad que mira hacia el futuro. Esto se refleja en los modernos barrios que están redefiniendo su paisaje urbano, como Souissi, bordeado de opulentas villas, y el barrio Ambassador. Este dinamismo contemporáneo queda ilustrado por edificios emblemáticos como la Torre Mohammed VI, considerada la más alta de África con 250 m, y el futurista Gran Teatro de Rabat, diseñado por Zaha Hadid.
Estas modernas infraestructuras posicionan a Rabat como una capital en pleno cambio, donde patrimonio y modernidad conviven en perfecta armonía.

Razón 6 – Por sus espacios verdes, un soplo de aire fresco en la ciudad
La capital marroquí destaca por la diversidad de sus espacios verdes:
- Los Jardines de Andalucía, enclavados en la Kasbah des Oudayas, le invitan a dar un romántico paseo entre fuentes, naranjos y callejuelas llenas de flores.
- El Parque Hassan II ofrece un ambiente más moderno, con amplias zonas de descanso, parques infantiles e instalaciones deportivas, ideal para familias y corredores.
- Los Jardins d’Essais Botaniques atraerán a los aficionados a la botánica con su increíble variedad de plantas locales y exóticas.
- El Jardin Nouzhat Hassan, situado en pleno centro de la ciudad, es también un remanso de frescor donde los lugareños y los visitantes disfrutan recargando las pilas a la sombra de las palmeras.

Si va a visitar el Palacio RealSi visita el Palacio Real, también podrá disfrutar de sus jardines, con sus olivos centenarios, sus refrescantes fuentes y sus parterres coloridos y perfectamente simétricos. Y para los que buscan sumergirse en la naturaleza, diríjase al bosque de Maâmora, el mayor alcornocal de la cuenca mediterránea, perfecto para una excursión en bicicleta. Por último, para una escapada fuera de los caminos trillados, los Jardines Exóticos de Bouknadel, a 36 minutos en coche de Rabat, descubren un mundo mágico (más información aquí).

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Razón 7 – Por su apacible modo de vida
La tranquila urbanización de Rabat la convierte en una ciudad especialmente agradable para vivir.
Apreciamos la impecable limpieza de esta ciudad real, sus amplias avenidas bordeadas de palmeras y sus cuidadas infraestructuras, incluidos los carriles bici.
¡La presencia del agua, entre el océano Atlántico y el río Bouregreg, añade una dimensión suplementaria al encanto de la ciudad, mientras que el ambiente tranquilo que reina en ella contribuye a hacer de esta capital un destino perfectamente sereno para los viajeros!

Razón 8 – Por su proximidad al océano Atlántico
Rabat es la única ciudad imperial de Marruecos que se abre al océano Atlántico, ofreciendo un entorno aireado donde el aire marino refresca el patrimonio histórico.
En el centro de la ciudad, le encantarán las vistas al océano desde la Kasbah des Oudayas y la Torre Hassan desde el puerto deportivo de Salé. A sólo 13 minutos en coche, la Corniche de Rabat también merece la pena para dar un paseo junto al mar.
Por último, en el corazón de la ciudad, el río Bouregreg serpentea apaciblemente e invita a la contemplación.

Por último, no podemos recomendarle lo suficiente que aproveche una de las playas de la ciudad.
¿Qué puede haber mejor que una tarde perezosa para equilibrar un día de intensas visitas culturales? Las playas urbanas como Plage des Oudayas y Plage de Rabat, aunque concurridas, ofrecen puestas de sol espectaculares. Pero también encontrará playas más tranquilas fuera de la ciudad, como Plage de Bouznika y Skhirat.

Razón 9 – Por su gastronomía, mezcla de tradición y modernidad
La escena culinaria de Rabat encarna a la perfección la dualidad de la ciudad. Los gourmets quedarán seducidos por la variada oferta, desde restaurantes tradicionales que ofrecen una auténtica inmersión en la cocina marroquí, hasta modernas direcciones con influencias internacionales. Descubra más en nuestro artículo dedicado (próximamente).
¿Algún consejo? No se pierda los desayunos típicos servidos en los riads, pequeñas viviendas tradicionales construidas alrededor de un patio central.

Razón 10 – Por Salé, su ciudad gemela
No se pierda Salé, la ciudad gemela de Rabat, para una escapada auténtica. Pasee por su apacible medina, visite la Gran Mezquita y la Medersa Meriní, y después admire las vistas desde Borj Adoumoue, un bastión que domina el Atlántico. Termine con un paseo por el puerto deportivo o un descanso en la playa.

¿Nuestro lugar favorito en Salé? El complejo de alfareros de Oujla. Un lugar auténtico donde la arcilla cobra vida bajo las manos expertas de los artesanos. Incluso sin comprar nada, el colorido paseo merece la pena para sumergirse en el vibrante mundo de la artesanía marroquí. Y si tiene suerte, podrá presenciar la magia del modelado o participar en talleres…

Algunas desventajas de un viaje a Rabat
Una ciudad muy grande
Una de las principales dificultades para visitar Rabat es el gran tamaño de la ciudad. Nos resultó especialmente difícil hacerlo todo a pie.
A esto se añade el hecho de que la red de tranvías, aunque moderna y eficaz, lamentablemente no da servicio a todos los centros de interés de la ciudad.
Tendrá que planificar sus desplazamientos con cuidado y quizá plantearse tomar un taxi o alquilar un coche para aprovechar al máximo sus visitas.

Una ciudad con poca vida nocturna
En comparación con otras grandes ciudades marroquíes como Casablanca y Marrakech, hemos observado que Rabat ofrece una vida nocturna más discreta. En la capital hay menos vida nocturna, pero apreciará su carácter tranquilo y su forma de vida apacible. No obstante, cuenta con algunos lugares muy agradables para ir a tomar un cóctel por la noche (que encontrará próximamente en nuestro artículo sobre dónde comer).

Cómo llegar a Rabat
Hay varias opciones para llegar a Rabat:
- En coche: Los grandes taxis blancos proporcionan enlaces entre las ciudades de Marruecos, y la bien desarrollada red de autopistas facilita el acceso en coche.
- En autobús: La compañía nacional de autobuses CTM ofrece autobuses seguros y con aire acondicionado para un viaje cómodo.
- En tren: La red ferroviaria LA ONCF La red ferroviaria presta servicio a Rabat con servicios regulares a las principales ciudades de Marruecos, en particular a través del tren de alta velocidad Al Boraq para viajes de larga distancia.
- En avión:el aeropuerto de Rabat-Salé gestiona vuelos nacionales e internacionales que conectan la ciudad con varios destinos de Europa y África.
Para llegar al centro de la ciudad desde el aeropuerto, puede optar por un viaje VTC en la aplicación Careem u optar por los taxis azules, los taxis oficiales de Rabat.
