¿De visita en Rabat? No se pierda su casco antiguo fortificado, más conocido como la medina. Como en muchas ciudades del Magreb, la medina encarna el alma histórica de la ciudad, con sus animadas callejuelas, mercados tradicionales y arquitectura fortificada. Sin embargo, la medina de Rabat destaca por su ambiente tranquilo y su trazado estructurado, lo que la convierte en un lugar agradable para explorar.
En este artículo encontrará algunos consejos útiles que le ayudarán a preparar su visita a la Medina de Rabat y ¡a pasarlo de maravilla!
Se trata de una opinión totalmente independiente basada en nuestras experiencias. Visitamos la región de forma anónima, tomando nuestras propias decisiones y pagando íntegramente nuestras facturas.
¿Por qué visitar la Medina de Rabat?
¿Merece la pena la Medina? Nuestra opinión:
La Medina de Rabat bien merece una visita. Nos sedujo su ambiente sereno y auténtico, que contrasta fuertemente con las medinas más turísticas y desbordantes de otras grandes ciudades de Marruecos.
Disfrutará del colorido espectáculo que ofrece tanto como de los diversos lugares de interés que alberga. ¡Es una de las mejores cosas que hacer en Rabat!
¿Por qué es famosa la Medina de Rabat?
La medina de Rabat se distingue por su ambiente tranquilo, donde podrá pasear sin sentirse abrumado por las multitudes. Sus calles ordenadas albergan artesanos locales y mercados tradicionales, ofreciendo una experiencia auténtica y relajada. Bordeada por el océano Atlántico y el río Bouregreg, donde el aire marino proporciona un frescor bienvenido, que contrasta con las otras medinas cerradas del país.
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Acceso: medina de Rabat, Marruecos
¿Dónde está la Medina de Rabat?
- Situado entre las orillas del Bouregreg y el moderno barrio de Hassan
- Cerca de la Kasbah des Oudayas (10min a pie)
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¿Cómo llegar?
La medina de Rabat es fácilmente accesible en transporte público. La parada de tranvía más cercana es Bab Chellah, situada directamente a la entrada de la medina. Esta opción resulta especialmente cómoda para los visitantes que se alojan en otras zonas de la ciudad.
Desde la estación de Rabat-Ville, hay unos 15 minutos a pie hasta la medina. Puede aprovechar este paseo para descubrir parte del centro moderno de la ciudad antes de sumergirse en el ambiente tradicional del casco antiguo.
Aparcamiento
Aparcar en las afueras de la Medina de Rabat puede resultar complicado. Encontrará consejos para aparcar en la página web oficial de aparcamientos de la ciudad aquí.
Consejos útiles: duración, horarios, alimentación…
La mejor época para visitarlo
La Medina de Rabat puede visitarse durante todo el año. Si quiere evitar las multitudes, lo mejor es visitarla por la mañana, cuando las tiendas acaban de abrir y el ambiente es más tranquilo.
Duración de la visita y principales dificultades
Dedique entre 1 y 3 horas a explorar toda la Medina de Rabat.
Este tiempo le permitirá descubrir los distintos mercados, admirar las murallas y pasear por el barrio de Mellah, el antiguo barrio judío.
No hay dificultades, aparte de perderse por las estrechas callejuelas, ¡y ahí radica el encanto de la visita! A diferencia de otras medinas marroquíes, no se le acercarán constantemente guías improvisados, lo que hace que la experiencia sea más agradable.
Tenga en cuenta, sin embargo, que algunas calles tienen escalones y que la superficie adoquinada puede dificultar el acceso a los usuarios de sillas de ruedas.
Consejos para la visita
No existe una forma particular de explorar la Medina de Rabat. Este enfoque le permitirá descubrir pasajes ocultos que las rutas señalizadas no mencionan.
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Visitas con niños
La Medina de Rabat es un lugar divertido de explorar para los niños, con su atmósfera laberíntica. ¿Por qué no convertir su visita en una búsqueda del tesoro?
Horarios y precios
La Medina de Rabat está abierta todos los días de la semana.
Las tiendas y comercios suelen seguir el horario tradicional marroquí, de 9:00 a 18:00 horas aproximadamente.
El acceso a la medina en sí es totalmente gratuito y sólo tendrá que pagar por lo que compre en las tiendas. Recuerde llevar cambio y dinero en efectivo para sus compras.
Restauración
Hay muchas opciones para comer en la medina de Rabat y sus alrededores. Descubrimos de todo, desde puestos para un bocado rápido hasta restaurantes más refinados escondidos en antiguas mansiones tradicionales. La mayoría de los establecimientos se concentran en la avenida Mohammed V, la principal vía peatonal que une la parada de tranvía de la Medina y la avenida Lalou, que marca el límite norte del casco antiguo.
Esté atento a nuestra selección próximamente en nuestro artículo dedicado a los restaurantes de Rabat.
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Un patrimonio arquitectónico excepcional
La Medina de Rabat posee un rico patrimonio arquitectónico que da testimonio de su pasado. En primer lugar, ¡mire hacia arriba! Los tejados de madera finamente tallada añaden un toque de refinamiento al conjunto, y la luz natural filtrada a través de las moucharabiehs dibuja elegantes sombras sobre el suelo empedrado.
También descubrirá patios llenos de flores y fuentes de mosaico a lo largo de algunas de las estrechas calles, ¡lo que añadirá un toque de poesía a su paseo!
Si es aficionado a la fotografía, tómese su tiempo para observar estos pequeños y discretos…
Por último, algunas de las calles de la medina revelan fachadas de colores vibrantes. Con contraventanas de madera tallada, puertas adornadas con aldabas de cobre y balcones de hierro forjado, ¡cada detalle parece hecho para ser fotografiado!
Una muestra de artesanía
Además de su elegante arquitectura, la medina de Rabat cuenta con unos zocos llenos de vida y color, donde cada puesto está repleto de tesoros. Aquí, los visitantes se encuentran con una verdadera profusión de colores y materiales: lámparas finamente cinceladas, alfombras bereberes de vibrantes estampados, cerámicas y objetos decorativos de mimbre.
Si es un fanático de la joyería y los artículos de cuero, no deje de desviarse al zoco Es Sebbat, famoso por sus puestos especializados, ¡donde encontrará zapatos de cuero de todos los colores!
¿Conoce los foundouks? Son antiguos caravasares o posadas comerciales que solían acoger a comerciantes y viajeros de todo el país. Concebidos como auténticos centros de comercio, combinaban zonas de almacenamiento, talleres artesanos y alojamiento para los mercaderes de paso.
Durante nuestra visita, descubrimos el foundouk Ben Aissa, especializado en la marroquinería. Construido en el siglo XVIIᵉ durante el reinado de Moulay Ismaïl, se dice que fue construido por la hija del ministro Ben Aicha. Su arquitectura funcional atestigua su papel esencial en la economía local: en la planta baja, 36 tiendas, mientras que en el piso superior, 36 habitaciones proporcionaban alojamiento a los comerciantes.
Avenida de los Cónsules: el corazón palpitante de la medina de Rabat
Al pasear, seguro que se topará con la avenida de los Cónsules, una de las calles más emblemáticas de la medina de Rabat. Su nombre se remonta al siglo XVII, cuando los diplomáticos extranjeros se veían obligados a residir aquí. En aquella época, la piratería formaba parte integrante de la economía local y la ciudad de Salé le Neuf (Rabat) era un activo centro de trata de esclavos. En lugar de ser esclavizados, los cautivos cristianos debían ser recomprados por los cónsules de su país, que disponían de un presupuesto dedicado a estas negociaciones. Por razones de comodidad, estos diplomáticos se instalaban a pocos pasos del zoco El Ghezel, donde se celebraban las subastas.
Hoy en día, la avenida de los Cónsules conserva su antiguo dinamismo, ¡pero afortunadamente por otras razones! Ahora alberga el zoco Tahti, o más exactamente el zoco de las alfombras.
El Mellah, un barrio cargado de historia
Y no se pierda el antiguo barrio judío de Rabat, conocido como el Mellah. Creado en 1808 bajo el reinado del sultán Moulay Slimane, este barrio fue durante mucho tiempo un dinámico centro económico. Se distinguía por su propio modo de vida, diferente del de los musulmanes.
Tenía sus propios mercados y servicios, libertad de culto y autonomía administrativa. Fortificada y vigilada por soldados reales, se cerraba todas las noches mediante un estricto toque de queda. Su proximidad a la residencia real reflejaba la importancia de los judíos en la economía y la corte, donde a menudo ocupaban puestos influyentes bajo la protección oficial del sultán. Hoy, las silenciosas callejuelas del Mellah contrastan con su rico pasado. El éxodo de los años 50 vació el barrio de su comunidad, y la creación del Estado de Israel lo vació de la suya, pero su huella permanece.
Otros lugares de visita obligada en la medina de Rabat
Mientras deambula por el laberinto de callejuelas de la medina, descubrirá otros puntos de interés. En primer lugar, podrá admirar el minarete de la Gran Mezquita Merení, que data del siglo XIV y ha sido reconstruido desde entonces.
La medina también está marcada por sus impresionantes murallas, que cuentan la historia de las distintas oleadas de asentamientos de la ciudad. Al oeste, las murallas almohades del siglo XII, construidas bajo el reinado de Yacoub El Mansour, dan testimonio de la ambición de la dinastía. Más al sur, la muralla andalusí, construida en el siglo XVII por los moriscos expulsados de España, separa la medina de la ciudad moderna. Y no olvidemos las dos puertas monumentales: Bab Laalou y Bab El Had, que se abren a la medina.
Por último, un paseo por la medina no estaría completo sin una pausa para contemplar la incomparable vista de la Kasbah des Oudayas. Observe este barrio histórico desde lejos, con vistas al océano y al río Bouregreg que separa Rabat de Salé, ¡antes de explorar esta otra faceta de la ciudad!
